creyentes deberían fijarse en el hecho de que los creyentes son las personas más felices, más pacífícas y más satisfechas del mundo. Cuando pregunten porqué es así, los creyentes deben responder que es a causa de ser los siervos del Príncipe de paz. En segundo lugar, la felicidad cristiana es un enigma al no creyente porque proviene no del hecho de obtener “más”, sino de desear menos. El no creyente piensa que entre más tenga para disfrutar, tendrá más felicidad. Los cristianos saben que esto solo
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